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Monday, 30 November 2015

Personas que me inspiran: Frida Kahlo


Fue una mujer con fuerza de voluntad.
Nació el 6 de julio de 1907 en México y se dedicó a la pintura, la escultura y la poesía. Pasión, arte, amor, excesos y sufrimiento marcaron su vida.
A la edad de seis años sufrió una fuerte poliomielitis que la dejó en cama durante nueve meses. Como consecuencia de esta enfermedad, tuvo que pasar por una serie de intervenciones quirúrgicas, la pierna derecha le quedó más delgada y con la movilidad normal entorpecida.
Su padre, a quien ella admiraba, la acompañó y le brindó todo su apoyo durante sus épocas más duras. Ella, sin embargo, comenzó a sentirse sola y a añorar afecto. La relación con su madre nunca fue buena. Frida no estaba dispuesta al conformismo. Ella quería tener una identidad propia y dejar una marca en el mundo. Era activa defensora del pensamiento comunista.
En 1922, se inscribió en la universidad para estudiar medicina. Allí conoció a quienes luego se convertirían en célebres artistas e intelectuales mexicanos. Así descubrió su pasión por el arte y también un talento oculto que se convertiría en el pilar que la llevaría a sobrellevar los peores momentos de su vida.
El 17 de septiembre de 1925, a la edad de dieciocho años, Frida fue víctima de un accidente de tránsito. El colectivo en el que viajaba chocó con un tranvía y un pasamanos de metal le atravesó el cuerpo de lado a lado. Terminó internada con el hombro izquierdo dislocado, dos costillas rotas, tres fracturas en la columna, tres en la pelvis, once en la pierna derecha y el pie derecho aplastado y dislocado. Pasó un mes en el hospital y la rehabilitación fue larga y dolorosa.
Se refugió en el arte para salir adelante. Comenzó a utilizarlo como una fuente para expresar su dolor y su agonía. Eso dotó su estilo de una identidad propia e incomparable. Pintaba acostada en la cama, inmovilizada por un corsé de yeso.
Así se olvidó de la escuela de medicina y dedicó su vida al arte.
A los veintiún años conoció a Diego Rivera. Él se convirtió en el amor más grande de su vida, pero también en aquel que más dolor y pena le provocaría.
Por aquel entonces Rivera era un muralista mexicano de fama internacional, apasionado del arte, de las mujeres y de su éxito. Frida se sintió inmediatamente atraída hacia él y no quería despegarse de su lado bajo ninguna circunstancia. Estaba dispuesta a darlo todo por aquel hombre y así lo hizo.
Por cuestiones laborales, la pareja vivió cuatro años en Estados Unidos. Frida quería volverse a México a toda costa, ya que se sentía fuera de lugar y nada en aquel país le gustaba. Él no estaba dispuesto a regresar, pero cambió de opinión cuando lo despidieron.
El reconocimiento internacional de Frida la llevó a codearse con grandes artistas como Picasso y a tener relaciones fuera del matrimonio con fotógrafos, mujeres y varios amantes. Rivera también la engañaba.
Los malestares físicos de Frida jamás la abandonaron. Al contrario, empeoraron con el correr de los años. Sufrió de gangrena, infecciones, más de treinta operaciones e incluso la amputación de la pierna derecha. Lo único que la mantuvo firme fue su amor al arte.
Ella es el claro ejemplo de que las circunstancias no son determinantes de nuestro destino. Ella fue la primera artista mexicana en aparecer en la cubierta de la revista Vogue.

Gracias por todo, Frida.