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Thursday, 31 December 2015

Personas que me inspiran: Alexander Fleming


Fue un hombre que le hizo caso a su intuición.
Nació el 6 de agosto de 1881 en Escocia y dedicó su vida a la medicina y a la ciencia. Elaboró vacunas y sueros en un hospital de Londres y se quedó sorprendido por la cantidad de muertes ocasionadas por infecciones. Así se despertó su interés por el descubrimiento de nuevos tratamientos para combatirlas.
Para ser médico, no era muy ordenado ni le prestaba demasiada atención a la limpieza. Eso lo llevó a hacer dos grandes descubrimientos que cambiaron el curso de la medicina para siempre.
Un día, estando muy enfermo, se encontraba trabajando en su laboratorio cuando estornudó sobre una placa de Petri que contenía un cultivo bacteriano. Al analizar la mucosidad, descubrió la existencia de la lisozima. Esa es una enzima cuya deficiencia aumentaba la probabilidad de infecciones en un paciente.
En septiembre de 1928, mientras trabajaba con otros cultivos de bacterias, notó que se había formado una mancha de moho en uno de ellos. Eso no le resultó muy extraño. Sin embargo, notó que ya no había bacterias alrededor de la mancha.
Entonces decidió analizar ese hongo, que luego logró identificar como «Penicillium notatum» y descubrió que producía una sustancia natural antibacteriana llamada penicilina. Ésta lograba la exitosa eliminación de bacterias como el estafilococo.
Hizo experimentos en conejos y comprobó que la penicilina parecía tener efectos positivos y a principios de 1929 presentó su descubrimiento al Diario Inglés de Patología Experimental. Sus colegas lo subestimaron y no le dieron la importancia que él estaba buscando.
No fue sino trece años después de su descubrimiento que la penicilina comenzó a ser producida en cantidades masivas en los Estados Unidos.
Alexander Fleming fue el responsable de un cambio de paradigma y del comienzo de la conocida «Era de los antibióticos».
Gracias a la casualidad y a su intuición, logró salvar la vida de millones de personas.
Y el día de hoy lo sigue haciendo.

Gracias por todo, Alexander.