Fue una mujer inteligente. Una de mucho valor y de visión fuerte. Cualquier meta que se planteara, la cumplía. Así significara que su cabello tuviera que pagar el precio por ello. Sí, su cabello. Sor Juana tenía por costumbre plantearse un tiempo determinado cada vez que quería aprender algo. Si no lograba hacerlo, entonces se cortaba el pelo; seis centímetros u ocho. Ya no lo recuerdo bien. No lo estoy imaginando, no. Lo investigué. Quedé tan maravillada con su obra que me interesó saber más acerca de ella y resulta que su biografía no tiene desperdicio. Nació el 12 de noviembre de 1651 en San Miguel Nepantla, México. Aunque un acta de nacimiento que se encontró más adelante dice que su verdadera fecha de nacimiento sería en realidad el 2 de diciembre de 1648.
Fue una religiosa y se la conoce por
su obra literaria. Su amor por la literatura y por el conocimiento despertó a
muy temprana edad. Aprendió a leer y a escribir a la edad de tres años junto a
su hermana mayor y a escondidas de su madre. Más adelante en su vida se
disfrazó de hombre para poder ingresar a la Universidad , ya que en
la época y el lugar en que ella vivió, las mujeres no tenían permitido acceder
a ese tipo de educación.
«Yo no estudio para saber más, sino
para ignorar menos». Esa es una de sus frases más populares y la
que abrió mis ojos a un nuevo nivel de consciencia.
Sor Juana es el claro ejemplo de
que, si dejamos de inventar excusas y de aferrarnos al miedo y, por el
contrario, elegimos abrazar la disciplina y la pasión, absolutamente todo lo
que nos propongamos es posible y realizable. A fin de cuentas, el único
obstáculo que existe entre uno y sus objetivos es, siempre, uno mismo.
Gracias por todo, Sor Juana.
No comments:
Post a Comment