Tuve que hacer una consulta en la universidad por una pasantía y me atreví a preguntarle por sus consejos a la Dr. Claudia Görg, tutora académica del departamento de inglés en la universidad de Mainz.
Ella amablemente respondió:
- El mejor consejo que me han dado: haz un semestre en el exterior, sobre todo si estás estudiando idiomas. De esta manera puedes conocer la otra perspectiva y profundizar tu visión mucho más.
- Mi mejor consejo: Nunca trates de cumplir con las expectativas ajenas. Sin importar lo que hagas, siempre va a haber gente a quien no le guste lo que hagas o que no esté de acuerdo. Quiérete y conoce tu valor.
También me manifestó que es difícil para un adulto contestar a esas preguntas; que sería quizás más fácil para una niña o niño, ya que ellos reciben consejos todo el tiempo. Los adultos, por el contrario, normalmente no reciben ningún consejo.
Y yo me pregunto por qué. ¿Por qué es tan difícil para un adulto recibir un consejo? ¿Por qué no nos atrevemos a pedir consejos? ¿Tenemos miedo o somos demasiado orgullosos? ¿O simplemente se ve mal que a veces un adulto necesite una guía?
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